¡Os propongo una ruta diferente! Esta vez no caminaremos, ni echaremos a correr, ni subiremos por las paredes. Esta vez, nos montamos en la bici y nos vamos a pedalear sobre las dos ruedas.
Os presento un clásico de Álava para sacar la mountain bike y endurecer las piernas al igual que disfrutar de un precioso entorno.
En un principio, puede parecer que es un recorrido llano en el que sólo toca pistear (en su significado más aburrido), pero como todo no es lo que parece, gozaremos del encanto de los alrededores de Vitoria-Gasteiz con una ruta en la que encontraremos de todo: llaneo, repechos improvisados, calas, bordes de ensueño y pasarelas en las que mantener el equilibrio.
Sin más dilación… ¡nos vamos a pedalear por el pantano más famoso de todo Euskal Herria! Comenzaremos en Landa dónde aparcaremos el coche en el aparcamiento que se encuentra frente al restaurante.
Nada más empezar, nos adentraremos en el “césped” de Landa, el cual atravesaremos por la campa hasta llegar a la senda de gravilla que predominará en gran parte del recorrido. Además, cruzaremos también las primeras pasarelas de madera que le darán un plus a nuestra vuelta que comienza sostenida para ir charlando o pensando en nuestras cosas.
Más adelante, nos encontraremos con una bifurcación en la que tendremos que seguir las indicaciones de Garaio y sobre la marcha, dejaremos a un lado la pasarela que cruzaremos más tarde, puesto que ahora debemos de seguir adelante para ir sumando kilómetros para llegar al Mirador Otxanda en el que recargar fuerzas con alguna fruta y/o hidratarnos para seguir adelante en nuestra ruta.
En el caso de disponer de tiempo, es recomendable ascender al monte Arbulo/Urizar (594m.), un perfecto mirador sobre la isla de Orenin. Seguimos adelante bordeando el pantano y pasamos por el acueducto de Azúa, uno de los iconos de la vuelta en la que nos hemos aventurado.
Pasaremos también por la zona de ensueño de Nanclares de Gamboa, una preciosa vista que no tiene desperdicio.
Más adelante, nos encontraremos con un abanico de opciones en el que la primera sería hacer gran parte del resto del recorrido por carretera, y la otra sería, salir a la carretera y volver al sendero con unos repechos en los que podremos probar nuestra forma física actual con el añadido de los kilómetros que llevamos en las piernas. Para gustos existen los colores.
Y cómo todo lo que sube baja, iniciamos el descenso a la presa del embalse de Uribarri y avanzaremos hasta Uribarri-Gamboa. Llegamos al Club Naútico de Vitoria y pondremos el broche final al recorrido por un sendero que llega hasta Landa, nuestro destino.
Cabe subrayar que el recorrido original comienza en Uribarri, pero el acceso más fácil y cómodo lo encontramos en Landa, por ello, es habitual empiezar desde allí.
En resumen, una ruta con unas vistas dignas de una postal de ensueño que nos llevará a conocer la historia y los rincones que guarda la provincia alavesa.
¡Disfrutar de la vida!
Ondo izan eta hobeto bizi!
Amaia
🙂